DÍA 1 FECHA: 27 de junio del 2015
Durante la primera parte de la obra
he podido identificar la temática de la solidaridad. Pues Jasón ayuda a una
anciana a cruzar un turbulento y peligroso río. Al principio él disintió pues
no creía tener las fuerzas necesarias para ayudarla. La actitud de la anciana
me admiró porque tenía una ideología muy positiva e incluso hizo una analogía
para que Jasón la ayudara. “– ¡Entonces –dijo ella, con mucho desprecio–, tampoco
eres lo suficientemente fuerte como para derribar de su trono al rey Pelias!” (p.13).
Tan pronto como dijo eso, se dispuso a ayudarla. Realmente esa anciana le dio
un gran mensaje. A mi parecer, eso hizo que su deseo por destronar al Rey de Iolcos
fuera más grande.
Asimismo, las características de
Jasón son muy sorprendentes en este mito. Cuando se encontraba con dificultades
siempre trataba de buscar una solución al problema, aunque con la ayuda del
Roble Parlante. Se le presentó un reto, encontrar el Vellocino y dárselo al Rey
Pelias para que se salga del trono. A pesar de lo difícil que podía sonar esta
tarea, él no lo pensó mucho y asintió inmediatamente. Esto demuestra su inmenso
deseo por querer recuperar el trono de su padre. Por último quiero recalcar la
gran valentía que Jasón tenía. Sin miedo, decidido y con una autoestima muy
alta. “Pero, tal como yo veo las cosas, el dragón es meramente una serpiente
bastante grande, que tiene menos posibilidades de comerme de un bocado, que de
yo cortar su fea cabeza, y de arrancarle la piel de su cuerpo. ¡De todos modos,
retroceda quien retrocediere, yo no volveré nunca a Grecia, a menos que lleve
conmigo el Vellocino de Oro!” (p.31).
Por otro lado, mencionaré a
Medea, la hija del Rey de Colchis. Después de los retos que el Rey Æetes le
propuso a Jasón para conseguir el Vellocino de Oro, ella se ofreció para
ayudarle. Era una mujer muy inteligente e ingeniosa. A pesar de que usaba
hechizos para controlar a las enormes bestias con las que tenía que pelear
Jasón, ella poseía un vasto conocimiento de cómo enfrentarlas, sus debilidades.
“–¡Sé muchas cosas, que otras jóvenes princesas ignoran, y puedo hacer muchas
cosas, que ellas no se atreverían ni a soñar!” (p.34). En mi opinión, me
pareció muy buena la ayuda de Medea pero le facilitaba mucho las cosas a Jasón,
fue un poco extraño ya que él era muy valiente. Sin embargo, él no estaba nada
interesado en enfrentar a esas criaturas y creo que esa fue la razón por la que
no se quejó de su ayuda.
Por último, cabe destacar la participación
del narrador en la lectura. La autora nos presenta un narrador omnisciente. Aunque,
tiene una peculiaridad. Se expresa en primera persona y da sus ideas y
opiniones acerca de lo que pasa en el texto. Esto no solo nos permite conocer
desde un punto de vista amplio lo ocurrido en la obra, como todo narrador
omnisciente, sino que también nos permite conocer la reacción del narrador
frente a lo sucedido. “Pero en mi opinión, los más extraordinarios de entre esta famosa compañía eran dos hijos del Viento del Norte (jovencitos airosos, de índole un poco turbulenta), que tenían alas en los hombros, y, en caso de una calma chicha, podían inflar sus mejillas y soplar una brisa casi tan fuerte como su padre.” (p.24).
TÍTULO: Mitos Griegos contados
otra vez
AUTOR: Nathaniel Hawthorne
PÁGINAS LEÍDAS: 9 - 47
En esta primera oportunidad,
Nathaniel Hawthorne nos relata el ya conocido mito griego del Vellocino de oro
que, a su vez, cuenta los sucesos de Jasón y los Argonautas. Ellos tienen una
misión pues necesitan esa reliquia para que Jasón destrone al Rey Pelias, quien
asesinó y destronó a su padre Æsón.

En adición, la temática del heroísmo
se recalca bastante en el nudo de la obra. Jasón, como mencioné anteriormente,
era muy valiente y realizaba actos heroicos. También me gustaría hablar de los
Argonautas. Era un grupo seleccionado de los mejores guerreros de Grecia por lo
que su valentía y heroísmo era evidente. Ayudaron mucho a Jasón en todas las dificultades
durante su viaje. “– ¡Ninguno de nosotros retrocederá! –gritaron sus cuarenta y nueve intrépidos compañeros–. ¡Subamos a la
nave inmediatamente, y si es que el dragón nos convierte en desayuno, que le
aproveche!” (p.31).

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