lunes, 29 de junio de 2015

El Minotauro


DÍA 2   FECHA: 28 de junio del 2015

TÍTULO: Mitos Griegos contados otra vez

AUTOR: Nathaniel Hawthorne

PÁGINAS LEÍDAS: 103 – 132

Esta vez Nathaniel Hawthorne nos relata una vez más el mito griego del Minotauro. Presentando la historia de Teseo, su madre, Etra y, su padre, el rey Egeo. Teseo tenía un gran deseo por conocer a su padre, sin embargo su madre no lo dejaba viajar hasta Atenas hasta que levante una roca. Aquí identifiqué la temática de la perseverancia, pues al primer intento no pudo levantar la roca, pero seguía intentándolo porque él quería conocer a su padre. No se rindió hasta que lo logró. Esto ya daba una imagen de cómo sería Teseo en el desarrollo de la obra, desde pequeño demostraba que siempre iba a alcanzar su objetivo, pase lo que pase. “Pero cuando Teseo oyó hablar de ladrones y de monstruos, aguzó el oído, y se sintió mucho más ansioso de partir por el camino en el que habría de encontrarlos” (p.107). Y esos fue lo que pasó. Ya crecido, resultó ser un joven muy valiente y vigoroso. Además de ser uno de los más memorables. Sus heroicas hazañas hicieron que se convirtiera en el héroe más grande de Grecia.

En adición, hablaré de Medea, quien esta vez tiene un papel antagónico a diferencia del anterior mito. Esta hechicera tuvo un hijo con el rey Egeo y como sabía que su hijo secreto quería reconocerse como heredero decidió envenenarlo para que su hijo Medeo recibiera la herencia. En mi opinión Medea estaba muy desesperada y ansiosa por querer deshacerse de Teseo, logró incluso manipular los pensamientos de su esposo. No demostraba aprecio hacia su esposo, es más, parecía que solo se casó con él por las riquezas que tenía. A pesar de que ella demostraba un gran amor por su hijo, tomó medidas muy estrictas para su beneficio, ella no debió perjudicar a los demás. Estaba acusada de realizar actos malvados, brujería, robos, etc. “Medea sólo se quedó el tiempo suficiente para llevarse a su hijo y para robarse las joyas de la corona, junto con los mejores mantos del rey (…)” (p.114).

Una vez en el nudo de la obra, se justifica el título de esta. Teseo ya se encuentra con disposición de enfrentar al temible Minotauro. A costas de su padre, quien demostraba un gran amor por él. De hecho, casi no lo deja emprender esa gran aventura porque tenía miedo que su hijo sea devorado por la bestia. Pero Teseo mostrando su valentía ya había llegado a la isla de Creta. A partir de esta parte, ya se va tocando más el tema mitológico. Me encontré con un personaje que le roba el antagonismo a Medea, el rey Minos. Él mataba a sus hombres, los sacrificaba con el fin de alimentar al Minotauro, era temido por todos. A excepción de Teseo, quien lo enfrentó y no le importaron sus amenazas. Creo que el rey Minos hizo que su deseo por destruir al Minotauro se incrementara. También demostró aún más la valentía del personaje. Tanta era su maldad en el corazón de Minos que no valoraba a su hija y mucho menos quería entender que lo que hacía estaba mal. “– (…) ¡Ve a regar tus flores, y no pienses más en estos cautivos atenienses, a quienes el Minotauro ciertamente devorará para el desayuno, así como yo cenaré faisán!–.” (p.123). En resumen, era la persona más cruel que Grecia podía conocer.

Durante el enfrentamiento con el Minotauro, hubo un trabajo cooperativo entre Ariadna y Teseo, ambos se apoyaron el uno al otro. En mi opinión esto le da un poco más de carisma a la historia. Más aún cuando él le pide a la joven que lo acompañe de regreso a Atenas. El corazón de Ariadna era tan grande que, incluso, decidió quedarse en la isla para estar con su padre. Su personalidad era tan dulce y a la vez conmovedora. Si yo fuera ella no hubiera decidido quedarme después de ver todo lo que hace mi padre. “Os he salvado, Teseo, tanto por el bien de mi padre como por el vuestro.” (p.130).

En cuanto a lo narrativo, quiero señalar la forma en la que se relata la historia. El narrador no solo explica lo que pasa de manera secuencial, sino que también interviene, ya sea dando su opinión o haciendo alguna exclamación. “Si tenía que existir, debería haberlo hecho en alguna isla desierta, o en la oscuridad de una profunda caverna, donde nunca nadie sufriría por su aspecto abominable.” (p. 116). Y por último quiero destacar un recurso literario que se usa en varias ocasiones el polisíndeton  “ (…) y cuando escuchó con más atención, pudo oír sollozos, y lamentos, y gritos de dolor, mezclados con hondos y callados suspiros que venían del palacio del rey, y de las calles, y de los templos, y de cada una de las casas de la ciudad.” (p.116). 

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